domingo, 4 de julio de 2010

¿Cómo se hace una Investigación social?

Por entrevista, como instrumento de investigación sociológica, entendemos algo más que las charlas preliminares y la cordialidad social que forma parte de la, digamos, antecámara para la obtención de documentación y de oportunidades para la observación personal de los procesos. La entrevista en sentido científico es el interrogatorio cualificado a un testigo relevante sobre hechos de su experiencia personal. Puesto que el informante no se halla coaccionado, el entrevistador tendrá que escuchar comprensivamente muchas cosas que no son pruebas, ya sean opiniones personales, tradiciones, y rumores sobre hechos, todo lo cual puede ser útil para sugerir nuevas fuentes de investigación y revelar sesgos. Pero la principal utilidad de la entrevista consiste en averiguar la visión sobre los hechos de la persona entrevistada. Por tanto, el entrevistador experimentado, como el médico de cabecera, se muestra inmediatamente de acuerdo con las suposiciones y generalizaciones de su paciente, y usa sus pericias detectivescas para separar, mediante nuevas preguntas prudentes, el grano de los hechos de la paja del sentimiento, del propio interés y de la teoría.

De esta forma, aunque es de extrema importancia trabar amistad con los dirigentes de alguna organización, generalmente hemos obtenido más información efectiva de sus subordinados, que se encuentran ocupados con los hechos en detalle. Pero en ningún caso ninguna entrevista puede tomarse como una evidencia concluyente, incluso en hechos probados. Nunca debe olvidarse que toda persona está influida por sus creencias o su propio interés, su clase social o sus visiones sobre lo que es socialmente oportuno. Si el investigador falla en la detección de este sesgo, ¡puede asumir que coincide con el suyo propio!.

Consecuentemente, la mayor ventaja de la Entrevista puede obtenerse tan sólo en las fases posteriores de la investigación, cuando el estudioso ha progresado lo bastante en el análisis como para saber exactamente qué preguntar. Existe también un uso más amplio de la entrevista a través del cual se puede dotar de un valor cuantitativo a un análisis cualitativo. Una vez que el investigador ha diseccionado unos cuantos ejemplares y descubierto cuáles de sus atributos reconocibles poseen significado para él, puede a menudo obtener un conocimiento exhaustivo de la distribución de esos atributos mediante lo que podemos llamar el método de la entrevista general (wholesale interview). Una de las más brillantes y exitosas aplicaciones de este método la realizó Charles Booth con todos los inspectores del School Board del East End de Londres. Habiendo descubierto, a través de la observación personal, ciertos indicios que coin-cidían con una clasificación científica de la población del East End, fue capaz, al entrevistar unos cientos de personas, de obtener conclusiones definidas respecto a la situación de un millón de personas. Y cuando los resultados así obtenidos son cotejados con otras investigaciones -con el Censo, por ejemplo, en sí mismo una gigantesca y en cierto modo acientífica entrevista general-, un alto grado de verificación cuantitativa puede darse en ocasiones a la investigación sociológica.

Finalmente, sugeriríamos que es una ventaja peculiar de todo trabajo sociológico el que una investigación sea llevada a cabo por más de una persona. Un grupo bien unido, dedicándose simultáneamente a una materia, conseguirán mucho más que las mismas personas trabajando de forma individual. En nuestra investigación sobre el sindicalismo hemos encontrado excepcionalmente útil, no sólo nuestra propia colaboración en todas las secciones del trabajo, sino también la cooperación, durante estos seis años, de nuestro colega y amigo, el señor F.W. Galton. Cuando los miembros de un grupo ponen en común sus preconcepciones o hipótesis provisionales; su experiencia personal sobre los hechos en cuestión, o sobre hechos análogos; su conocimiento sobre posibles fuentes de información; sus oportunidades de realizar entrevistas, y de acceder a documentación, están más capacitados que cualquier individuo para enfrentarse con la extensión y la complejidad de incluso una limitada materia de investigación sociológica. Pueden lograr mucho mediante una crítica constante para evitarse sesgos, imperfecciones en la observación, inferencias erróneas y confusión en sus ideas. Pero el trabajo en grupo de este tipo tiene peligros y dificultades propios. Al menos que los miembros tengan una íntima comunicación personal entre todos ellos, actuando con una misma voluntad y propósito, y por lo menos con una formación y capacidad similares que les permita a todos entender las distinciones y calificaciones de los demás, el resultado de su trabajo común presentará ideas confusas con escaso valor real. Sin unidad, igualdad y disciplina, los diferentes miembros del grupo estarán registrando hechos idénticos bajo nombres distintos, y usando el mismo término para referirse a hechos diferentes.

A través del seguimiento de estos métodos de observación y verificación, cualquier estudioso inteligente, trabajador y escrupuloso, o grupo de estudiosos dedicados a partes definidas y limitadas de una organización social, producirán monografías de valor científico. Que sean capaces de extraer de sus hechos una nueva generalización aplicable a otros hechos -es decir, de descubrir una nueva ley científica-, dependerá de su posesión de una extraña combinación de intuición e inventiva, y de capacidad para realizar prolongados e intensos razonamientos.

Llegar a una generalización de este tipo proporciona un nuevo campo de trabajo para la siguiente generación, cuya tarea será, a través de la comprobación de este "orden del pensamiento" mediante su comparación con el "orden de las cosas", extender, limitar y modificar esa primera exposición imperfecta de la ley. Sólo por estos medios, sea en sociología o en otra esfera de la investigación humana, podrá el género humano entrar en posesión de ese cuerpo de conocimiento organizado que se denomina ciencia.

Nos aventuramos a añadir unas cuantas palabras sobre el valor práctico de la investigación sociológica. Más allá del interés del científico, deseoso por satisfacer su curiosidad sobre cada parte del universo, el conocimiento de los hechos y leyes sociales es indispensable para cualquier acción humana inteligente y deliberada.

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